miércoles, 10 de noviembre de 2010

UNA HISTORIA DE AMOR



La mítica JOYCE HATTO, pianista inglesa que mucho tiempo luchó por su salud y el último round lo perdió a la edad de 77 años. Vale la pena echarse un clavado a la nota que en son de pésame emitiera en su momento el diario británico "The Guardian" :

"La Pianista Joyce Hatto ha muerto. Su brillante carrera fue cortada por un cáncer que adquirió en los años 70 y al que sobrevivió gracias a un oportuno tratamiento que recibió en el Addenbrooke´s Hospital de Cambridge, aún cuando se retiró permanentemente de los escenarios. Su legado es una discografía que en cantidad, gama musical y calidad constante, ha sido igualada por contados pianistas en la historia".

Apabullados, los seguidores fieles de la instrumentista oriunda de St. John´s Word (Londres) no daban crédito del hecho, pero ahí estaba, una currícula de 110 grabaciones editadas durante 30 años, esto en el estudio de grabación de su representante y marido William Warrington Coupe. Los acérrimos fans, olvidaron rápidamente la acusación que hiciera presa a la pianista un año antes de su muerte, formulada por Marc-André Roberge -musicólogo reconocido- quien afirmaba que con base en una investigación de iniciativa propia, la mentada interprete era un "fraude".

El veredicto secundado por el también musicólogo titular de la facultad de Música de la Université Laval en Canadá, aseguraba que una de las grabaciones de la inglesa sobre la obra de Leopold Godowsky, registraba una nota falsa, idéntica a una registrada en un disco del pianista italiano Carlo Grante. Aún así, pocos se alertaron y en ningún momento se tambaleó el prestigio y trayectoria de la Dama.

Uno de los que sintieron las chispas de la mecha fue el editor de la mítica revista Gramophone, James Inverne, quien fuera uno de los más asiduos impulsores de la carrera de Hatto. Aún con el gusano a flor de piel, hacía a un lado las declaraciones de Roberge y lo colocaba como un amargado crítico de pacotilla, sin embargo se dio a la tarea de profundizar.

Inverne dio a un atinado ingeniero de sonido de nombre Andrew Rose, quien fungía como primero de abordo en el incorruptible sello Pristine Audio, una grabación de Doña Joyce titulada "Etudes d´ Execution Transcendente" bautizada así por Franz List, ésta fue cotejada quirúrgicamente con un registro anterior realizado por el húngaro Laszlo Simon pianista de cepa y de intachable interpretación.Bastaron segundos y el programa Adobe confirmó que las imágenes osciloscópicas de ambas grabaciones eran idénticas, entiéndase pues, una sola grabación existente.

El sello que editó el álbum de la ahora sí consagrada fantasma fue Concert Artist / Fidelio.

La sorpresiva muerte de la pianista retrasó la difusión de los hechos mas no la continuidad de la investigación, que debería de llegar hasta la última piedra. El destapado "plagio" desmoronaba el endeble virtuosismo que había sustentado la mujer y estos contados casos probados eran prueba fehaciente de que se trataba de anteladas grabaciones de intérpretes que gozaban de fama mundial. ¿Cómo acabó el asunto?

He aquí una lista de lo que arrojó la puntual intervención de la British Phonographic Industry (BPI). La primera referencia, disco de Hatto con grabación pirateada, la siguiente, quehacer original :

Mazurcas de Mozart - Eugene Indijic (1988)

Concierto No. 1 para Piano y dos Rapsodias de Brahms - Horacio Gutiérrez

Sonatas de Piano Op. 2 de Beethoven - John O´Connor

Concierto para Piano No. 2 de Saint-Saëns - Jean Phillipe Collard

Trabajos completos de Piano de Chopin - Hurtados a Joanna Trzeciak y Jerzy Sterczynski.

Y la lista no termina.

Estamos, sin temor a equivocarme, ante el mayor caso de piratería (de ésta índole) registrado en la industria fonográfica, 110 plásticos y tres décadas de engaño letal, ¿algún otro expediente X que se le acerque? probablemente, pero quizá no se haya desmantelado aún; pero si hay que empeorar el cuadro, sépanse camaradas, que las Orquestas que, en suposición, alternaron y grabaron con Hatto, muchas nunca lo hicieron y el resto, sencillamente son inexistentes.

Ahora bien la pregunta obligada, basada en los que somos fans de alguien y nos implica el mayor de los compromisos y deleites ¿pues qué nadie la vio en vivo alguna vez? y si lo hicieron, "¿¿¿¿se la tragaron todita????". Increíble me resulta que en un círculo tan ecléctico y formal, nadie se percatara que algunas orquestas simplemente no eran del dominio público dentro de la vena, en verdad, ¡¡¡Increíble!!!

El actor intelectual de toda esta hecatombe dio la cara y afirmó:

"Lo hice por Amor a mi Esposa". Confesó que arropando la tecnología existente, comenzó editando algunas grabaciones y después ni tardo ni perezoso se aventó por las discografías completas, esto ante los limitados dotes artísticos e interpretativos de su mujer, acrecentados obviamente por el cáncer que la hacía presa. "Todo se salió de control" finalizó.

Así pues, esta escalofriante realidad es asunto para meditar y ponerse en los zapatos de los fieles seguidores; da hasta espasmo.

¿Será que Neil, Geddy y Alex, son ejemplos símiles de aquellos pelmazos abaniqueros ibéricos de mote Locomía?

¡¡¡¡Un cianuro por piedad!!!!

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