domingo, 17 de julio de 2011

Tristain Murail ó el detractor de la abulia.




La composición musical, como algunas otras disciplinas, son corriente de agua que busca y allana cualquier camino; prueba de ello la gran cantidad de alternativas sonoras existentes hoy día. Una más, el “Espectralismo”, es pieza fundamental para quienes gozan escarbando, desmenuzando, analizando y llegada la médula, disfrutar hasta el hartazgo.

Sin duda el espectralismo en su pura esencia es la “filosofía del sonido”.

Muchas definiciones y sobre todo percepciones coinciden en que se trata de crear composiciones mediante el análisis de un espectro, por supuesto, sonoro. Y que mejor definición de esto que la hecha por el periodista Iván Naranjo : “La serie de sonidos "parciales" armónicos, inarmónicos y sub-armónicos que forman parte de un sonido, los componentes que le dan el timbre o color al sonido”. Cierra resumiendo con simplicidad dirigida a quienes deseen explorar estas aguas: “El análisis espectral es una especie de "ver" con lupa el sonido, observar todos sus componentes, sus intensidades y transformaciones, desensamblándolo para así poder crear nuevos ensamblajes que funcionen coherentemente obedeciendo a las intenciones del compositor."

Apegado o no a la norma y sometido o no a reglas de cuño, hace tiempo esperaba yo con ansia un trabajo que como encargo, se convertía en obsesión. Ya en mano, no pude más que exaltarlo y que mejor forma que compartirlo ahora con ustedes para que alguien más lo absorba y sugiero, a cuenta gotas.

El autor es Tristan Murail a quien se le considera integrante genuino del séquito espectral, y que obra a obra sorprende por su entraña y su búsqueda, que a diferencia de sus congéneres, éste aprovecha los recursos más innovadores y los adopta de raíz; en concreto: la electrónica; fascinante híbrido. Refiero que se trata de piezas que hablan por sí solas, desnuda la música sin guardar ningún recobeco y algo poco común, pese al tratamiento de laboratorio no existe maquillaje que desvíe el mensaje y propósito de sus composiciones.

En la desconstrucción lleva implícita la magia, la belleza auditiva y ese encanto que provoca el sentirse en suelo extraño.





“Gondwana / Désintégrations; Time and Again”

Con la Orquesta Nacional de Francia, el Ensamble de l’Itinéraire, la Orquesta Beethovenhalle de Bonn. Dirige Yves Prin y aporta lo suyo Karl-Anton Rickenbacher.

(Montaigne Naive – 2005)


Otro más para la isla desierta, sin ningún pero. Tras él, interesados en estas frecuencias.

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