Una relajante visiòn estètica, convertida en una misteriosa escultura con sonido propio. "Larga Vida"
El móvil de la reseña en turno es exaltar la esencia de una de tantas obras del finado HECTOR ZAZOU, argelino de nacimiento, afrancesado en su crecimiento, impredecible y talentoso personaje que dio cabida a un puñado de posibilidades aterrizables, cuando la música fue el fin y el ingenio su vía de realización.
El otoño del 2008 pasó llevándose inesperadamente a uno de los pesos pesados de la Vanguardia sonora, a un hombre con todavía juventud suficiente para incrementar una fructífera trayectoria.
Característica de su desenfado para relacionarse, es el vínculo emocional que generó durante su vida con tantos y tantos personajes, mismos que fueron parte de cada uno de sus alcances, y cual enredadera con sol y agua, su propuesta creció a tal grado de sembrar la inquietud y cosechar logros en artífices noveles de caleidoscópicos estilos, quienes han encontrado en Zazou, a un inigualable motivador en pro de romper esquemas e implantar los propios.
En Paz Descanse.
Vamos a la médula del plato que nos atañe ahora y para el cual decidió inspirarse en pensares y sentires escritos por Arthur Rimbaud. Personaje que en otro momento merece un abordaje especial.
¿Por qué? resulta difícil describir al paso cada una de las piezas que conforman éste Bendito rompecabezas, es simple la respuesta, existen y fluyen en cada una tal cantidad de acontecimientos audibles y se matiza todo a tantos tonos, que los hechos sacan varias cabezas de ventaja a la percepción de uno, lo cual se traduce en capas y capas de interpretación sumamente personal y para las cuales cualquiera está invitado.
No, no soy huevón, lo juro, y no quiero con ello zafarme de la interesante dinámica de retratar al teclado cada uno de los cortes, la realidad es que considero el resultado de este disco como un coctel de esquivas, anguladas, sofisticadas y contaminadas de belleza, que bien vale la pena que cada uno de ustedes lo deje correr y asì explote, haciéndolo volar como un castillo de naipes.
En esto de la experimentación y lo he dicho, tanto libertinaje y poca gracia en la práctica de la misma, han generado no solo el des apego de las masas a este recurso, también obliga al asiduo escucha de estos menesteres, ha filtrar cual laboratorista lo más selecto y disfrutable de la vena, desechando así lo pijo e inofensivo de quienes lucran con lo insulso a gracia de quienes bloferamente (si el término se me permite) lo consumen todo, saciando “aparentemente” su ansia de originalidad; puro adorno para hacer de puente. La neta.
Retomando, tampoco hay egomanía solista en éste trabajo, algo vital para destacar. En contraparte, la química y la vibra tienen luz propia en esa virtud de comunicarse a través del mismo lenguaje, cosa no sencilla en estos rubros y a este nivel.
El mentado "SARA BLUE" es prueba fehaciente de la belleza implícita y de cómo las finas hechuras pueden ir igual cargadas de neurosis o de poesías al viento, vaya, corriendo el disco, ni siquiera hay que subir el volumen más de la cuenta, por el contrario, el encanto de sus rutas va de la mano con una tranquilidad corporal y sensorial dispuesta, misma que nos permite como escuchas abrir puertas, una tras otra y quedar satisfechos y en ocasiones maravillados, con el arte a flor de piel de algunos viejos conocidos y otros no tanto.
Me basta pues comentar que en cuanto a las voces (piezas angulares de este proyecto dadas las características letradas del mismo) algunas, de su tesitura negra y rota las defino como piedras dulces, delicadas y desesperadas al tiempo; de otras, su arrastre hacia cotas de riesgo y emoción nada desdeñables, me implican fascinación.
Instrumentalmente es una declaración de principios como el legìtimo de "aceptar un favor de un amigo, es hacerle otro"; aquí se nota, y lo más trascendental es que esto rebasa barreras de tiempo y materialmente se transporta a otras fundamentales grabaciones.
Se agradece entonces acá, que sin respeto a una homogeinidad dada la profusión de recursos ricos, se contribuye igual a un oasis de relajación, que a un convulsionado cambio de tòpica, colofón ideal después de recitada la ultima pieza, para la invitación abierta a seguirle los pasos a este entrañable individuo.
Las Voces :
Samy Birnbach, Richard Bohringer, SIR John Cale, Dominique Dalcan, Sussan Deihim, Lisa Gerard y Brendan Perry (Dead Can Dance), Gérard Depardieu, Anneli Drecker, Barbara Gogan, Khaled, Ketema Mekonn, Malka Spigel y Don Yuka Fujii.
Los Instrumentistas :
Tim Simenon (Beats, samples y programaciones)Bill Laswell (Bajos, efectos y beats)Daniel Yvinec (Bajos)Keith Leblanc, Steve Shehan (Percusiones)David Sylvian, Kent Condon y Vincent kenis (Guitarras)Daniel Manzanas (Liras acùsticas)Kenji Jammer (Guitarras y efectos)Denis Moulin (Guitarras y percusiones)Nabil Khalidi (Oud)Ryuichi Sakamoto (...y su grandiosos Piano)Guy Sigsworth (Teclados)Christian Lechevretel (Trombones, trompetas, organo, teclados)Renaud Pion (Clarinetes, clarinete bajo, saxofones y flauta grave)Elisabeth Valletti (Harpa y coros)Lightwave (Efectos especiales)Matt Stein (Programaciòn computarizada y loops)Eric Henrion (Batacas adicionales)Hector Zazou (Teclados, electrónica y guitarra).
1992Crammed Discs/Sony
El móvil de la reseña en turno es exaltar la esencia de una de tantas obras del finado HECTOR ZAZOU, argelino de nacimiento, afrancesado en su crecimiento, impredecible y talentoso personaje que dio cabida a un puñado de posibilidades aterrizables, cuando la música fue el fin y el ingenio su vía de realización.
El otoño del 2008 pasó llevándose inesperadamente a uno de los pesos pesados de la Vanguardia sonora, a un hombre con todavía juventud suficiente para incrementar una fructífera trayectoria.
Característica de su desenfado para relacionarse, es el vínculo emocional que generó durante su vida con tantos y tantos personajes, mismos que fueron parte de cada uno de sus alcances, y cual enredadera con sol y agua, su propuesta creció a tal grado de sembrar la inquietud y cosechar logros en artífices noveles de caleidoscópicos estilos, quienes han encontrado en Zazou, a un inigualable motivador en pro de romper esquemas e implantar los propios.
En Paz Descanse.
Vamos a la médula del plato que nos atañe ahora y para el cual decidió inspirarse en pensares y sentires escritos por Arthur Rimbaud. Personaje que en otro momento merece un abordaje especial.
¿Por qué? resulta difícil describir al paso cada una de las piezas que conforman éste Bendito rompecabezas, es simple la respuesta, existen y fluyen en cada una tal cantidad de acontecimientos audibles y se matiza todo a tantos tonos, que los hechos sacan varias cabezas de ventaja a la percepción de uno, lo cual se traduce en capas y capas de interpretación sumamente personal y para las cuales cualquiera está invitado.
No, no soy huevón, lo juro, y no quiero con ello zafarme de la interesante dinámica de retratar al teclado cada uno de los cortes, la realidad es que considero el resultado de este disco como un coctel de esquivas, anguladas, sofisticadas y contaminadas de belleza, que bien vale la pena que cada uno de ustedes lo deje correr y asì explote, haciéndolo volar como un castillo de naipes.
En esto de la experimentación y lo he dicho, tanto libertinaje y poca gracia en la práctica de la misma, han generado no solo el des apego de las masas a este recurso, también obliga al asiduo escucha de estos menesteres, ha filtrar cual laboratorista lo más selecto y disfrutable de la vena, desechando así lo pijo e inofensivo de quienes lucran con lo insulso a gracia de quienes bloferamente (si el término se me permite) lo consumen todo, saciando “aparentemente” su ansia de originalidad; puro adorno para hacer de puente. La neta.
Retomando, tampoco hay egomanía solista en éste trabajo, algo vital para destacar. En contraparte, la química y la vibra tienen luz propia en esa virtud de comunicarse a través del mismo lenguaje, cosa no sencilla en estos rubros y a este nivel.
El mentado "SARA BLUE" es prueba fehaciente de la belleza implícita y de cómo las finas hechuras pueden ir igual cargadas de neurosis o de poesías al viento, vaya, corriendo el disco, ni siquiera hay que subir el volumen más de la cuenta, por el contrario, el encanto de sus rutas va de la mano con una tranquilidad corporal y sensorial dispuesta, misma que nos permite como escuchas abrir puertas, una tras otra y quedar satisfechos y en ocasiones maravillados, con el arte a flor de piel de algunos viejos conocidos y otros no tanto.
Me basta pues comentar que en cuanto a las voces (piezas angulares de este proyecto dadas las características letradas del mismo) algunas, de su tesitura negra y rota las defino como piedras dulces, delicadas y desesperadas al tiempo; de otras, su arrastre hacia cotas de riesgo y emoción nada desdeñables, me implican fascinación.
Instrumentalmente es una declaración de principios como el legìtimo de "aceptar un favor de un amigo, es hacerle otro"; aquí se nota, y lo más trascendental es que esto rebasa barreras de tiempo y materialmente se transporta a otras fundamentales grabaciones.
Se agradece entonces acá, que sin respeto a una homogeinidad dada la profusión de recursos ricos, se contribuye igual a un oasis de relajación, que a un convulsionado cambio de tòpica, colofón ideal después de recitada la ultima pieza, para la invitación abierta a seguirle los pasos a este entrañable individuo.
Las Voces :
Samy Birnbach, Richard Bohringer, SIR John Cale, Dominique Dalcan, Sussan Deihim, Lisa Gerard y Brendan Perry (Dead Can Dance), Gérard Depardieu, Anneli Drecker, Barbara Gogan, Khaled, Ketema Mekonn, Malka Spigel y Don Yuka Fujii.
Los Instrumentistas :
Tim Simenon (Beats, samples y programaciones)Bill Laswell (Bajos, efectos y beats)Daniel Yvinec (Bajos)Keith Leblanc, Steve Shehan (Percusiones)David Sylvian, Kent Condon y Vincent kenis (Guitarras)Daniel Manzanas (Liras acùsticas)Kenji Jammer (Guitarras y efectos)Denis Moulin (Guitarras y percusiones)Nabil Khalidi (Oud)Ryuichi Sakamoto (...y su grandiosos Piano)Guy Sigsworth (Teclados)Christian Lechevretel (Trombones, trompetas, organo, teclados)Renaud Pion (Clarinetes, clarinete bajo, saxofones y flauta grave)Elisabeth Valletti (Harpa y coros)Lightwave (Efectos especiales)Matt Stein (Programaciòn computarizada y loops)Eric Henrion (Batacas adicionales)Hector Zazou (Teclados, electrónica y guitarra).
1992Crammed Discs/Sony